fbpx

Bajo este apartado, la Comisión deja entrever su interés por equilibrar correctamente dos aspectos: la innovación y la seguridad.

Considera que se deben desarrollar ciertos mecanismos como son la computación en nube, los datos masivos, o el Internet de las cosas, sobre unas redes y servicios fiables, de alta velocidad y asequibles, a la vez que se mantiene la protección de la intimidad y los datos personales.

Obstáculos al flujo de datos

¿Y qué lo impide? Pues la Comisión ha identificado una serie de obstáculos al flujo transfronterizo de datos y al desarrollo de nuevos servicios:

1. Ubicación de los datos: actualmente, los prestadores de servicios se ven obligados a construir costosas infraestructuras locales (centros de datos) en cada región o país, debido a los requisitos creados por los Estados para que los datos se mantengan en su territorio, algunos justificables (Seguridad nacional, etc) y otros no, que deben eliminarse.

2. Falta de claridad sobre los derechos para usar datos y sobre la atribución de responsabilidad: Un ejemplo claro es el de Internet de las cosas. Está muy bien que las zapatillas que usas para hacer deporte registren «en la nube» las estadísticas de cuánto corres o que los inodoros analicen tu orina y te recomienden la dieta alimentaria que más le conviene seguir, pero para ello, los objetos conectados recaban datos (algunos personales), los intercambian, procesan y almacenan automáticamente.

Y…¿quién accede a los datos recabados?  ¿quién es responsable de su gestión? A la Comisión le preocupa identificar correctamente el papel de cada agente implicado en el proceso para así poder determinar su respectiva responsabilidad.

3. La falta de sistemas y servicios abiertos: Todos sabemos que la información es muy valiosa en la economía del conocimiento. Por ello, la Comisión propone desarrollar sistemas de gestión de datos personales (bancos de datos) que mejoren la transparencia.

Ésto también incluye los datos y documentos públicos y por ello, desde hace unos años, la Unión Europea ha comenzado a regular la reutilización de la información del sector público para que puedan utilizarse en la creación  de nuevos productos y servicios y garantizar la eficacia del uso transfronterizo de los mismos.

El principio de «abierto por defecto» implica que las administraciones públicas deben publicar sistemáticamente todos sus datos y de modo que abiertamente reutilizables (aunque se reconoce que existen razones legítimas por las que determinados datos no pueden comunicarse).

Un ejemplo exitoso de utilización de estos datos públicos  es iTriage, una aplicación desarrollada por una empresa norteamericana fundada por dos médicos de urgencias, que agrega datos sobre salud, información (pública) sobre productos de compañías aseguradoras y un directorio público de establecimientos clínicos. Sus usuarios pueden consultar la clínica más adecuada para sus problemas de salud en función de la sintomatología que manifiestan y su localización física en ese instante.

La consulta va más allá, y también pregunta si debería haber también una apertura de los datos en poder de entidades privadas, respetando las disposiciones vigentes en materia de protección de datos.

Por ejemplo, Strava recoge los datos de sus usuarios, corredores y ciclistas para luego, tras analizar los datos de hábitos reales de los ciudadanos, proponer rutas óptimas. Sus datos podrían utilizarse para mejorar la planificación vial y la gestión de los transportes.

Además de este interés por el acceso y reutilización de los datos de los organismos públicos, la Comisión también promueve el de los datos científicos. Entre los obstáculos a su acceso y gestión, los editores de revistas de investigación mencionan el escaso presupuesto de las bibliotecas como barrera de acceso, mientras que las universidades y los investigadores sitúan como barrera de acceso el excesivo precio de las suscripciones, la falta de inversión en el desarrollo de infraestructuras, o los escasos incentivos para hacer disponibles los datos.

4. Falta de confianza para adoptar los servicios en nube transfronterizos para almacenar o tratar datos: Lo que dificulta la interoperabilidad y portabilidad de datos entre servicios.Con respecto a la «computación en la nube» (acceso en red a un conjunto de recursos como programas informáticos o aplicaciones en régimen de autoservicio y administración a la carta), a la Comisión le preocupa que no exista la suficiente transparencia en cuanto a la seguridad y la protección de los datos de los usuarios, que pueda existir un reparto desequilibrado de los riesgos jurídicos y técnicos entre los usuarios y los prestadores, o que no exista suficiente interacción o portabilidad entre servicios de computación en la nube (interoperabilidad).

Así, por ejemplo, la portabilidad se ve limitada con contratos que a menudo excluyen o limitan la responsabilidad del proveedor de servicios en nube si los datos ya no están disponibles o no se pueden utilizar.

Por ello, pretende aumentar la confianza de empresas y consumidores, proponiendo diversas medidas: regulación,  sellos de calidad o inversión en infraestructuras en la nube seguras, fiables y de calidad.

Datos, el oro invisible

La Comisión es consciente de que los datos y su libre circulación son clave para la innovación y la creación de nuevos modelos de negocio, pero quiere regular la protección de estos datos y establecer modelos claros de responsabilidad. Entre la apertura total y la hiper-regulación, la innovación y la seguridad, tenemos que conseguir una normativa que no “mate startups”, al menos no aquellas que luchan cada día por hacer de este mundo un lugar mejor.

¿Aún no has dado tu opinión en nuestro cuestionario online? Estamos recabando las experiencias y opiniones de las startups españolas sobre estos temas para poder participar en la consulta pública de la UE sobre el tema.

Por favor, contesta a nuestro cuestionario online antes del 23 de diciembre.

No te llevará más de 15 minutos y… ¡nos jugamos mucho!